El color del salmón que comemos no es casual ni natural en absoluto, va a la moda del gusto del consumidor, sí, lo que lees, se consigue mediante medicación suministrada en los piensos de piscifactoría.
Las reservas de salmón salvaje han sido tan explotadas que ha desaparecido de muchas regiones y no queda más remedio que producirlo industrialmente.
La gran mayoría del salmón que se comercializa procede de piscifactorías donde se procede a tratar su dieta de manera artificial para conseguir ese bonito color anaranjado.